ESTRÉS INFANTIL. ¿CÓMO RECONOCERLO?
A medida que los niños van creciendo también se ven afectados por las presiones que tienen, como el estudio o las actividades que realizan, puesto que todo ello les reduce el tiempo de juego y de entretenimiento que utilizan normalmente para poder relajarse.
Podemos saber si los niños están estresados mediante su propio comportamiento, es decir, si observamos que los niños empiezan a sentirse incómodos con las actividades que tienen, quejándose y tratando de evadir dichas actividades para no asistir, es probable que nos encontremos ante una situación de fatiga y ansiedad. Si notamos como padres y madres que nuestros hijos tienen esos síntomas, debemos hablar con ellos y explicarles cuáles son los beneficios de las tareas que realizan y si de verdad desean continuar realizándose o no, en la medida de lo posible. Se debe plantear también si es preciso sobrecargar o no a los niños, y que tal vez hacer muchas cosas no sea más importante que estar tranquilo y feliz. Este será el momento en el que los padres deberán conversar con sus hijos sobre la conveniencia de las actividades extraescolares y dejar en claro los pros y contras de las mismas.
También puede influir en el estrés del niño factores internos desde el ámbito familiar o desde el hogar, por ejemplo, las situaciones de conflictos o problemas entre padres u otros miembros de la familia, como también el tipo de actividad recreacional que utilizan en casa, por ejemplo, el hecho de ver programas de televisión como películas o series que transmiten información que genere algún tipo de confusión, angustia, miedo o estrés en la mente de los niños.